Las funciones e intenciones comunicativas de un texto literario
Objetivos:
- Identificar el tema para explicar las ideas principales del cuento
- Identificar la riqueza del lenguaje del cuento
El guardagujas es un texto narrativo ya que durante el desarrollo del cuento puedes descubrir poco a poco en la forma en que suceden los hechos también en la trama te darás cuenta que viene con realismo mágico ya que se mezclan cosas que hacemos en nuestra vida cotidiana con la magia y el misterio
Destino
El destino del forastero es incierto cada persona lo persive de muchas maneras ya que la imaginación es la que crea muchos posibles destinos al comienzo del cuento todos los lectores piensan que el texto solo habla de un forastero,un viejecillo y el tren pero atravez del desarrollo de los diálogos puedes ir descubriendo poco a poco y te darás cuenta que realmente el no nos dice hacia donde se dirige específicamente solo sabemos que es hacia la ciudad T
Irrealidad
El cuento del guardagujas contiene muchas partes que no pueden ser posibles en el mundo real uno ejemplo que personalmente pude captar inmediatamente es cuando mencionan que dentro del tren tenias que mantener un constante cuidado ya que utilizaban espejismos para poder distorsionar la realidad
otro claro ejemplo es cuando mencionan que la gente se subían al tren sin importar que pudieran morir
Realidad
Dentro de la lectura también se muestran varios momentos relacionados con la vida diaria de un ser humano como esperar al que el tren llegue o en el momento de abordad tener miedo de se aplastados
Riqueza de lenguaje
En el teto hay muchas pero esta vez solo mencionare una frase''En su afán de servir a los ciudadanos''
El guardagujas es un cuento del escritor mexicano Juan José Arreola (Ciudad Guzmán, México, 21 de septiembre de 1918 ‑ Guadalajara, México, 3 de diciembre de 2001). Este texto, probablemente el mejor cuento de literatura fantástica escrito en México en el siglo XX, fue publicado por primera vez en el año 1952 y forma parte del volumen titulado Confabulario.
Definir el tema central del cuento no es una tarea fácil, porque el gran mérito de este texto es la multiplicidad de interpretaciones que podemos llegar a tener, algunas son más evidentes que otras, pero podríamos decir que en el relato conviven varias líneas interpretativas, si se quiere, todas válidas. Es indudable la sátira sobre el sistema ferroviario mexicano y la industrialización; la crítica al mercantilismo deshumanizante; la alegoría sobre el destino del hombre; la mirada absurda hacia ciertos sistemas políticos e instituciones sociales.
De forma resumida, podríamos decir que el argumento del cuento es el siguiente:
Un forastero llega agotado, cargando una valija, a una estación desierta. Es la hora exacta en que su tren debe partir. De pronto siente que alguien, que no había visto y que se presenta de forma inesperada, le da una suave palmada. Es un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero, provisto de una pequeña linterna roja, que lo mira con ansiedad. Inmediatamente se entabla un diálogo entre estos dos personajes, donde el forastero le pregunta al recién llegado si ya había salido el tren con destino a T, pero el viejecillo, en lugar de responder directamente a la pregunta que se le hace, comienza a aconsejar y advertir al forastero sobre distintos aspectos del extraño sistema ferroviario de aquel país. En el extenso diálogo, el viejecillo, que es el guardagujas, contará al forastero una historia inverosímil, fantástica, absurda, sobre las características del sistema ferroviario. Le cuenta que los trenes de aquel país no tienen un itinerario establecido y que pueden llegar a tomar los rumbos más diversos. En ocasiones los trenes son abandonados y los pasajeros una vez que se encuentran desamparados optan por formar nuevos pueblos. Dentro del absurdo, se mantienen las desigualdades sociales en los servicios, ya que si hay un solo riel y los pasajeros pueden llegar a sufrir lesiones, son los de primera clase los que se ubican del lado del riel. En esta realidad fantástica, en ocasiones, los pasajeros deben colaborar con la empresa prestadora del servicio e incluso realizar tareas inverosímiles, como por ejemplo desarmar un tren pieza por pieza y llevarlo de un lugar a otro para suplir la falta de un puente. La empresa todopoderosa instrumenta una realidad ficticia para darles tranquilidad a los pasajeros haciendo uso de muñecos en lugar de operarios y mostrando imágenes pintadas de paisajes que pasan por las ventanillas y que sirven para suplantar la realidad. La domesticación de los pasajeros por parte de la empresa es total, incluso se han establecido escuelas para que las personas aprendan a convivir armónicamente y puedan pasar la vida dentro de los trenes. A todo esto, el forastero no cuestiona ni pone en duda la realidad absurda y fantástica que se le describe, pero de alguna manera sigue atado a su realidad, la de querer llegar a T, es por eso, que lo único que atina a responder insistentemente es que debe llegar al pueblo de T mañana mismo. En el final del relato, sorpresivamente, aparece el tren, el viejo guardagujas sale corriendo, dando saltos por la vía y le dice al forastero que ha tenido suerte y que mañana mismo llegará a su destino, pero cuando pregunta nuevamente el nombre del pueblo, el forastero ya no contesta T sino X. Finalmente, el guardagujas desaparece, solo queda de él el punto rojo de la linterna flotando en el aire, mientras la locomotora se acerca como un ruidoso advenimiento.
Como dije anteriormente, una de las posibles interpretaciones que podemos llegar a tener de este cuento es la sátira que en él se establece sobre el sistema ferroviario mexicano. En la caótica descripción que lleva adelante el guardagujas, desnuda un desorden brutal por parte de los encargados de llevar adelante esta empresa. Vinculado a esta sátira, se encuentra el tema de la industrialización que estaba sufriendo el país azteca a mediados del pasado siglo. Se podría decir también que el cuento implica una amplia reflexión acerca de las dificultades que conlleva la industrialización en una sociedad. La narración tiene lugar en una época histórica donde el desarrollo tecnológico, vinculado a los medios de transporte y la industria, había llegado para quedarse, y los hombres de la época veían estos avances como la promesa de un mundo de progreso y bienestar. Sin embargo, en la narración de Arreola ese advenimiento de la tecnología y las máquinas parece jugar un papel negativo y deshumanizante en la vida de los individuos. Los hombres son los que han creado las máquinas para beneficiarse de sus servicios, pero lo que se interpreta a partir de la narración es todo lo contrario, vemos como los hombres viven en un mundo estructurado para las máquinas y se tienen que adaptar para convivir bajo los parámetros que el nuevo tiempo histórico impuso. Esa adaptación y sometimiento a que se ve enfrentado el ser humano se ve claramente en las palabras del guardagujas, quien en ningún momento cuestiona las nuevas conductas sociales impuestas por la empresa de ferrocarriles, es más, se dedica a elogiar las iniciativas de carácter absurdo que lleva adelante la empresa para establecer el control de los pasajeros y poder imponer sus intereses. Ese nuevo escenario histórico tampoco vino a terminar con las desigualdades sociales que imperaban en la sociedad, vemos como siguen existiendo los privilegios y las categorías en el mundo ferroviario.
La crítica al mercantilismo deshumanizante en el texto también es evidente, las relaciones sociales que se establecen en ese mundo y que tan detalladamente describe el guardagujas muestran como los pasajeros parecen estar de acuerdo con las normas impuestas por la empresa, aceptando de buena gana sus propios tormentos.
También señalé, como otra de las interpretaciones posibles de este cuento, la alegoría que se establece con el destino del hombre, donde el viaje en tren sería comparable al viaje que supone el transcurso por la vida misma, o los distintos viajes que un hombre suele tener por los caminos de la vida. Si seguimos esta lectura, el texto puede querer decir que el individuo deberá resignarse y aceptar las condiciones que se le presenten en la vida, así como el forastero del relato debe resignarse a los destinos inesperados adonde lo puede llevar el tren. Si bien el personaje del relato tiene un boleto con destino a T y por ende espera llegar a esa ciudad, no es para nada seguro que el viaje culmine en ese sitio. De igual manera, pueden llegar a suceder las cosas en la vida de los distintos individuos y la enseñanza que arroja el cuento, desde esta lectura, parece querer decir que lo importante es vivir, subir al tren, tratar de disfrutar el viaje y si llegamos al destino que buscamos bien y si no, tendremos que tratar de estar preparados para los posibles desvíos que se puedan llegar a dar en el camino. Los hombres suelen padecer frente a la vida las mismas incertidumbres que padece el forastero del cuento, la soledad, el desaliento, la inseguridad, el desconcierto, pero la vida, como el camino que va a emprender el tren, puede tener inciertos destinos. Siguiendo esta lectura, vemos como todos los hombres en algún momento deben tomar el tren, pero no podrán estar seguros de cuando el tren va a pasar, ni siquiera si va a pasar, aunque hayan tenido la precaución de comprar el boleto de antemano. Quizá a algunos de nosotros nos termine sucediendo lo que les sucedió a los pasajeros que terminaron fundando la aldea de F, cuando el tren perdió su rumbo, quizá otros lleguen a la estación que esperaban y sin mucho esfuerzo, pero eso nadie lo puede saber.
Otra lectura, muy próxima a la anterior, nos acercaría al concepto del absurdo, donde el viaje en tren, si bien lo podríamos interpretar como el viaje de la vida, sería también el viaje por la existencia de lo absurdo. No es lógico, ni racional, que el forastero después de haber escuchado las descripciones del guardagujas siga optando por querer abordar el tren y sin embargo no existe ningún tipo de cuestionamiento por parte de este viajero sobre el conjunto de disparates que escucha, él solo quiere llegar a T. Por otra parte, vemos como los demás pasajeros también aceptan las condiciones de la empresa, aceptan tomar trenes que quizá no los lleven a sus destinos, aceptan desarmar un tren y llevarlo de a pedazos a otro lado, aceptan poder morir y ser enterrados en los vagones cementerio, aceptan, en definitiva, el establecimiento del absurdo.
Me parece interesante, también, tocar el tema de lo fantástico en este relato, ver como un texto que en un principio se podría inscribir dentro de un contexto realista, poco a poco y a medida que el guardagujas comienza a tener la voz en la historia ese realismo se va perdiendo y le va dejando paso a lo fantástico. Hay en el relato dos discursos bien distintos, por un lado tenemos la historia inverosímil que cuenta el guardagujas, tratando de advertir al forastero sobre las características del sistema ferroviario del país, y por otro lado tenemos la historia de este último, que espera un tren con un destino concreto, la ciudad de T. En este sentido, el guardagujas representa lo fantástico, mientras que el forastero representa lo normal, lo verosímil. Al discurso de características fantásticas del guardagujas se opone, no solo lo que dice el forastero, sino la realidad que todos los lectores reconocemos como posible. Todos somos conscientes que el servicio que brindan los trenes responde a una lógica funcional, acordada de antemano e inmodificable, salvo que se informe a los pasajeros de algún cambio inesperado. Lo lógico, lo normal, lo preestablecido, es comprar un boleto y tomar un tren que se dirigirá a un determinado sitio, por vías dispuestas con anterioridad para que todo funcione como se ha proyectado. De manera que lo que cuenta el guardagujas, los lectores sabemos que no es posible, no se pueden modificar las vías ni el funcionamiento del circuito ferroviario porque esto es algo que ya está establecido y los pasajeros conocen. Sin embargo, la aceptación del forastero de todo lo que se le dice, el no cuestionamiento del discurso del viejo guardagujas, lleva a que el lector perciba que el relato va a transitar definitivamente por otro terreno y acepte la posibilidad del absurdo. Tanto es así, que este es el discurso que se va a imponer como la nueva verdad dentro del cuento; aunque allí está el forastero repitiendo una y otra vez que mañana debe llegar a T, los lectores ya estamos familiarizados con la lógica del absurdo que representa el viejo guardagujas. Es un cuento que comienza transitando los caminos de lo reconocible como real, luego claramente da un viraje hacia lo fantástico y sólo al final cae de nuevo en lo reconocible como real cuando se escucha el silbato que indica la llegada del tren. Lo extraño del final es que cuando el guardagujas pregunta al forastero sobre su destino, este en lugar de responder T, que se correspondería con el discurso realista que había tenido hasta el momento, responde X.
Para finalizar el artículo, me voy a referir brevemente a las claras influencias kafkianas que se pueden percibir en la lectura de este cuento del mexicano Juan José Arreola. En primer lugar, la espera e incertidumbre que tiene que pasar el forastero de “El guardagujas” es comparable a lo que le sucede al protagonista de la novela “El castillo” del escritor checo Franz Kafka. Allí vemos como el protagonista K se ve imposibilitado de entrar al castillo al cual se lo había convocado, a este personaje kafkiano le toca sufrir una espera interminable comparable a la que sufre el forastero de Arreola en la solitaria estación. En otro breve texto de Kafka, “Una confusión cotidiana”, también podemos ver como los negociantes A y B se citan pero nunca pueden encontrarse. Este tema de la espera o la postergación Kafka lo aborda también en otro texto breve titulado “Ante la ley”, donde un campesino espera toda su vida para que lo dejen cruzar una puerta. Otro rasgo propio de la literatura de Kafka, que se ve en Arreola, es la tendencia hacia lo infinito y lo caótico, esto el autor checo lo abordó en “La muralla china”, donde se refirió a ese proyecto interminable, y en “El escudo de la ciudad”, donde se refirió a la imposibilidad de la construcción de la Torre de Babel. En el cuento de Arreola, lo infinito y lo caótico está presente en las redes ferroviarias y en los innumerables inconvenientes que sufren los pasajeros. Por último, uno de los temas fundamentales de Kafka y que también se puede percibir en “El guardagujas” es el tema del poder indefinible. Este es un tema recurrente en la obra del autor checo donde frecuentemente se describe la realidad de la burocracia y de las grandes compañías todopoderosas; en el cuento de Arreola la empresa centralista que dirige los ferrocarriles es la que detenta un poder ilimitado.
Artículo publicado en la revista digital Vadenuevo www.vadenuevo.com.uy . Mayo de 2015.
El guardagujas
Juan José Arreola
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor…
-Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos. Las guías ferroviarias abarcan y enlazan todas las poblaciones de la nación; se expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestación de desagrado.
-Pero, ¿hay un tren que pasa por esta ciudad?
-Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente indicados en el suelo mediante dos rayas. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a un hermoso y confortable vagón.
-¿Me llevará ese tren a T.?
-¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T.? Debería darse por satisfecho si pudiera abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente un rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de T.?
-Es que yo tengo un boleto en regla para ir a T. Lógicamente, debo ser conducido a ese lugar, ¿no es así?
-Cualquiera diría que usted tiene razón. En la fonda para viajeros podrá usted hablar con personas que han tomado sus precauciones, adquiriendo grandes cantidades de boletos. Por regla general, las gentes previsoras compran pasajes para todos los puntos del país. Hay quien ha gastado en boletos una verdadera fortuna…
-Yo creí que para ir a T. me bastaba un boleto. Mírelo usted…
-El próximo tramo de los ferrocarriles nacionales va a ser construido con el dinero de una sola persona que acaba de gastar su inmenso capital en pasajes de ida y vuelta para un trayecto ferroviario, cuyos planos, que incluyen extensos túneles y puentes, ni siquiera han sido aprobados por los ingenieros de la empresa.
-Pero el tren que pasa por T., ¿ya se encuentra en servicio?
-Y no sólo ése. En realidad, hay muchísimos trenes en la nación, y los viajeros pueden utilizarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea.
-¿Cómo es eso?
-En su afán de servir a los ciudadanos, la empresa debe recurrir a ciertas medidas desesperadas. Hace circular trenes por lugares intransitables. Esos convoyes expedicionarios emplean a veces varios años en su trayecto, y la vida de los viajeros sufre algunas transformaciones importantes. Los fallecimientos no son raros en tales casos, pero la empresa, que todo lo ha previsto, añade a esos trenes un vagón capilla ardiente y un vagón cementerio. Es motivo de orgullo para los conductores depositar el cadáver de un viajero lujosamente embalsamado en los andenes de la estación que prescribe su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vagones se estremece lamentablemente con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera -es otra de las previsiones de la empresa- se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignación. Pero hay otros tramos en que faltan ambos rieles, allí los viajeros sufren por igual, hasta que el tren queda totalmente destruido.
-¡Santo Dios!
-Mire usted: la aldea de F. surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas. Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F., una aldea progresista llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren.
-¡Dios mío, yo no estoy hecho para tales aventuras!
-Necesita usted ir templando su ánimo; tal vez llegue usted a convertirse en héroe. No crea que faltan ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. Recientemente, doscientos pasajeros anónimos escribieron una de las páginas más gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba el puente que debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha atrás, arengó a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo, que todavía reservaba la sorpresa de contener en su fondo un río caudaloso. El resultado de la hazaña fue tan satisfactorio que la empresa renunció definitivamente a la construcción del puente, conformándose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria.
-¡Pero yo debo llegar a T. mañana mismo!
-¡Muy bien! Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de convicciones. Alójese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo cuando menos; mil personas estarán para impedírselo. Al llegar un convoy, los viajeros, irritados por una espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para invadir ruidosamente la estación. Muchas veces provocan accidentes con su increíble falta de cortesía y de prudencia. En vez de subir ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para siempre el abordaje, y el tren se va dejándolos amotinados en los andenes de la estación. Los viajeros, agotados y furiosos, maldicen su falta de educación, y pasan mucho tiempo insultándose y dándose de golpes.
-¿Y la policía no interviene?
-Se ha intentado organizar un cuerpo de policía en cada estación, pero la imprevisible llegada de los trenes hacía tal servicio inútil y sumamente costoso. Además, los miembros de ese cuerpo demostraron muy pronto su venalidad, dedicándose a proteger la salida exclusiva de pasajeros adinerados que les daban a cambio de esa ayuda todo lo que llevaban encima. Se resolvió entonces el establecimiento de un tipo especial de escuelas, donde los futuros viajeros reciben lecciones de urbanidad y un entrenamiento adecuado. Allí se les enseña la manera correcta de abordar un convoy, aunque esté en movimiento y a gran velocidad. También se les proporciona una especie de armadura para evitar que los demás pasajeros les rompan las costillas.
-Pero una vez en el tren, ¡está uno a cubierto de nuevas contingencias?
-Relativamente. Sólo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podría darse el caso de que creyera haber llegado a T., y sólo fuese una ilusión. Para regular la vida a bordo de los vagones demasiado repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes. Hay estaciones que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad importante. Pero basta poner un poco de atención para descubrir el engaño. Son como las decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas están llenas de aserrín. Esos muñecos revelan fácilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad: llevan en el rostro las señales de un cansancio infinito.
-Por fortuna, T. no se halla muy lejos de aquí.
-Pero carecemos por el momento de trenes directos. Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que usted llegue mañana mismo, tal como desea. La organización de los ferrocarriles, aunque deficiente, no excluye la posibilidad de un viaje sin escalas. Vea usted, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo que pasa. Compran un boleto para ir a T. Viene un tren, suben, y al día siguiente oyen que el conductor anuncia: “Hemos llegado a T.”. Sin tomar precaución alguna, los viajeros descienden y se hallan efectivamente en T.
-¿Podría yo hacer alguna cosa para facilitar ese resultado?
-Claro que puede usted. Lo que no se sabe es si le servirá de algo. Inténtelo de todas maneras. Suba usted al tren con la idea fija de que va a llegar a T. No trate a ninguno de los pasajeros. Podrán desilusionarlo con sus historias de viaje, y hasta denunciarlo a las autoridades.
-¿Qué está usted diciendo?
En virtud del estado actual de las cosas los trenes viajan llenos de espías. Estos espías, voluntarios en su mayor parte, dedican su vida a fomentar el espíritu constructivo de la empresa. A veces uno no sabe lo que dice y habla sólo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos que puede tener una frase, por sencilla que sea. Del comentario más inocente saben sacar una opinión culpable. Si usted llegara a cometer la menor imprudencia, sería aprehendido sin más, pasaría el resto de su vida en un vagón cárcel o le obligarían a descender en una falsa estación perdida en la selva. Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos y no ponga los pies en el andén antes de que vea en T. alguna cara conocida.
-Pero yo no conozco en T. a ninguna persona.
-En ese caso redoble usted sus precauciones. Tendrá, se lo aseguro, muchas tentaciones en el camino. Si mira usted por las ventanillas, está expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas están provistas de ingeniosos dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el ánimo de los pasajeros. No hace falta ser débil para caer en ellas. Ciertos aparatos, operados desde la locomotora, hacen creer, por el ruido y los movimientos, que el tren está en marcha. Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras, mientras los viajeros ven pasar cautivadores paisajes a través de los cristales.
-¿Y eso qué objeto tiene?
-Todo esto lo hace la empresa con el sano propósito de disminuir la ansiedad de los viajeros y de anular en todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un día se entreguen plenamente al azar, en manos de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber adónde van ni de dónde vienen.
-Y usted, ¿ha viajado mucho en los trenes?
-Yo, señor, solo soy guardagujas1. A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y sólo aparezco aquí de vez en cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me cuentan historias. Sé que los trenes han creado muchas poblaciones además de la aldea de F., cuyo origen le he referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben órdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que desciendan de los vagones, generalmente con el pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar. Se les habla de grutas, de cataratas o de ruinas célebres: “Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal o cual”, dice amablemente el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a todo vapor.
-¿Y los viajeros?
Vagan desconcertados de un sitio a otro durante algún tiempo, pero acaban por congregarse y se establecen en colonia. Estas paradas intempestivas se hacen en lugares adecuados, muy lejos de toda civilización y con riquezas naturales suficientes. Allí se abandonan lores selectos, de gente joven, y sobre todo con mujeres abundantes. ¿No le gustaría a usted pasar sus últimos días en un pintoresco lugar desconocido, en compañía de una muchachita?
El viejecillo sonriente hizo un guiño y se quedó mirando al viajero, lleno de bondad y de picardía. En ese momento se oyó un silbido lejano. El guardagujas dio un brinco, y se puso a hacer señales ridículas y desordenadas con su linterna.
-¿Es el tren? -preguntó el forastero.
El anciano echó a correr por la vía, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia, se volvió para gritar:
-¡Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice que se llama?
-¡X! -contestó el viajero.
En ese momento el viejecillo se disolvió en la clara mañana. Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo y saltando entre los rieles, imprudente, al encuentro del tren.
Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento.
FIN
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor…
-Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos. Las guías ferroviarias abarcan y enlazan todas las poblaciones de la nación; se expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestación de desagrado.
-Pero, ¿hay un tren que pasa por esta ciudad?
-Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente indicados en el suelo mediante dos rayas. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a un hermoso y confortable vagón.
-¿Me llevará ese tren a T.?
-¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T.? Debería darse por satisfecho si pudiera abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente un rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de T.?
-Es que yo tengo un boleto en regla para ir a T. Lógicamente, debo ser conducido a ese lugar, ¿no es así?
-Cualquiera diría que usted tiene razón. En la fonda para viajeros podrá usted hablar con personas que han tomado sus precauciones, adquiriendo grandes cantidades de boletos. Por regla general, las gentes previsoras compran pasajes para todos los puntos del país. Hay quien ha gastado en boletos una verdadera fortuna…
-Yo creí que para ir a T. me bastaba un boleto. Mírelo usted…
-El próximo tramo de los ferrocarriles nacionales va a ser construido con el dinero de una sola persona que acaba de gastar su inmenso capital en pasajes de ida y vuelta para un trayecto ferroviario, cuyos planos, que incluyen extensos túneles y puentes, ni siquiera han sido aprobados por los ingenieros de la empresa.
-Pero el tren que pasa por T., ¿ya se encuentra en servicio?
-Y no sólo ése. En realidad, hay muchísimos trenes en la nación, y los viajeros pueden utilizarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al sitio que desea.
-¿Cómo es eso?
-En su afán de servir a los ciudadanos, la empresa debe recurrir a ciertas medidas desesperadas. Hace circular trenes por lugares intransitables. Esos convoyes expedicionarios emplean a veces varios años en su trayecto, y la vida de los viajeros sufre algunas transformaciones importantes. Los fallecimientos no son raros en tales casos, pero la empresa, que todo lo ha previsto, añade a esos trenes un vagón capilla ardiente y un vagón cementerio. Es motivo de orgullo para los conductores depositar el cadáver de un viajero lujosamente embalsamado en los andenes de la estación que prescribe su boleto. En ocasiones, estos trenes forzados recorren trayectos en que falta uno de los rieles. Todo un lado de los vagones se estremece lamentablemente con los golpes que dan las ruedas sobre los durmientes. Los viajeros de primera -es otra de las previsiones de la empresa- se colocan del lado en que hay riel. Los de segunda padecen los golpes con resignación. Pero hay otros tramos en que faltan ambos rieles, allí los viajeros sufren por igual, hasta que el tren queda totalmente destruido.
-¡Santo Dios!
-Mire usted: la aldea de F. surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas. Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F., una aldea progresista llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren.
-¡Dios mío, yo no estoy hecho para tales aventuras!
-Necesita usted ir templando su ánimo; tal vez llegue usted a convertirse en héroe. No crea que faltan ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. Recientemente, doscientos pasajeros anónimos escribieron una de las páginas más gloriosas en nuestros anales ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirtió a tiempo una grave omisión de los constructores de la línea. En la ruta faltaba el puente que debía salvar un abismo. Pues bien, el maquinista, en vez de poner marcha atrás, arengó a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo necesario para seguir adelante. Bajo su enérgica dirección, el tren fue desarmado pieza por pieza y conducido en hombros al otro lado del abismo, que todavía reservaba la sorpresa de contener en su fondo un río caudaloso. El resultado de la hazaña fue tan satisfactorio que la empresa renunció definitivamente a la construcción del puente, conformándose con hacer un atractivo descuento en las tarifas de los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria.
-¡Pero yo debo llegar a T. mañana mismo!
-¡Muy bien! Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de convicciones. Alójese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo cuando menos; mil personas estarán para impedírselo. Al llegar un convoy, los viajeros, irritados por una espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para invadir ruidosamente la estación. Muchas veces provocan accidentes con su increíble falta de cortesía y de prudencia. En vez de subir ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para siempre el abordaje, y el tren se va dejándolos amotinados en los andenes de la estación. Los viajeros, agotados y furiosos, maldicen su falta de educación, y pasan mucho tiempo insultándose y dándose de golpes.
-¿Y la policía no interviene?
-Se ha intentado organizar un cuerpo de policía en cada estación, pero la imprevisible llegada de los trenes hacía tal servicio inútil y sumamente costoso. Además, los miembros de ese cuerpo demostraron muy pronto su venalidad, dedicándose a proteger la salida exclusiva de pasajeros adinerados que les daban a cambio de esa ayuda todo lo que llevaban encima. Se resolvió entonces el establecimiento de un tipo especial de escuelas, donde los futuros viajeros reciben lecciones de urbanidad y un entrenamiento adecuado. Allí se les enseña la manera correcta de abordar un convoy, aunque esté en movimiento y a gran velocidad. También se les proporciona una especie de armadura para evitar que los demás pasajeros les rompan las costillas.
-Pero una vez en el tren, ¡está uno a cubierto de nuevas contingencias?
-Relativamente. Sólo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podría darse el caso de que creyera haber llegado a T., y sólo fuese una ilusión. Para regular la vida a bordo de los vagones demasiado repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes. Hay estaciones que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad importante. Pero basta poner un poco de atención para descubrir el engaño. Son como las decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas están llenas de aserrín. Esos muñecos revelan fácilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad: llevan en el rostro las señales de un cansancio infinito.
-Por fortuna, T. no se halla muy lejos de aquí.
-Pero carecemos por el momento de trenes directos. Sin embargo, no debe excluirse la posibilidad de que usted llegue mañana mismo, tal como desea. La organización de los ferrocarriles, aunque deficiente, no excluye la posibilidad de un viaje sin escalas. Vea usted, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo que pasa. Compran un boleto para ir a T. Viene un tren, suben, y al día siguiente oyen que el conductor anuncia: “Hemos llegado a T.”. Sin tomar precaución alguna, los viajeros descienden y se hallan efectivamente en T.
-¿Podría yo hacer alguna cosa para facilitar ese resultado?
-Claro que puede usted. Lo que no se sabe es si le servirá de algo. Inténtelo de todas maneras. Suba usted al tren con la idea fija de que va a llegar a T. No trate a ninguno de los pasajeros. Podrán desilusionarlo con sus historias de viaje, y hasta denunciarlo a las autoridades.
-¿Qué está usted diciendo?
En virtud del estado actual de las cosas los trenes viajan llenos de espías. Estos espías, voluntarios en su mayor parte, dedican su vida a fomentar el espíritu constructivo de la empresa. A veces uno no sabe lo que dice y habla sólo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos que puede tener una frase, por sencilla que sea. Del comentario más inocente saben sacar una opinión culpable. Si usted llegara a cometer la menor imprudencia, sería aprehendido sin más, pasaría el resto de su vida en un vagón cárcel o le obligarían a descender en una falsa estación perdida en la selva. Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos y no ponga los pies en el andén antes de que vea en T. alguna cara conocida.
-Pero yo no conozco en T. a ninguna persona.
-En ese caso redoble usted sus precauciones. Tendrá, se lo aseguro, muchas tentaciones en el camino. Si mira usted por las ventanillas, está expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas están provistas de ingeniosos dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el ánimo de los pasajeros. No hace falta ser débil para caer en ellas. Ciertos aparatos, operados desde la locomotora, hacen creer, por el ruido y los movimientos, que el tren está en marcha. Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras, mientras los viajeros ven pasar cautivadores paisajes a través de los cristales.
-¿Y eso qué objeto tiene?
-Todo esto lo hace la empresa con el sano propósito de disminuir la ansiedad de los viajeros y de anular en todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un día se entreguen plenamente al azar, en manos de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber adónde van ni de dónde vienen.
-Y usted, ¿ha viajado mucho en los trenes?
-Yo, señor, solo soy guardagujas1. A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y sólo aparezco aquí de vez en cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo. Pero los viajeros me cuentan historias. Sé que los trenes han creado muchas poblaciones además de la aldea de F., cuyo origen le he referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben órdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que desciendan de los vagones, generalmente con el pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar. Se les habla de grutas, de cataratas o de ruinas célebres: “Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal o cual”, dice amablemente el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a todo vapor.
-¿Y los viajeros?
Vagan desconcertados de un sitio a otro durante algún tiempo, pero acaban por congregarse y se establecen en colonia. Estas paradas intempestivas se hacen en lugares adecuados, muy lejos de toda civilización y con riquezas naturales suficientes. Allí se abandonan lores selectos, de gente joven, y sobre todo con mujeres abundantes. ¿No le gustaría a usted pasar sus últimos días en un pintoresco lugar desconocido, en compañía de una muchachita?
El viejecillo sonriente hizo un guiño y se quedó mirando al viajero, lleno de bondad y de picardía. En ese momento se oyó un silbido lejano. El guardagujas dio un brinco, y se puso a hacer señales ridículas y desordenadas con su linterna.
-¿Es el tren? -preguntó el forastero.
El anciano echó a correr por la vía, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia, se volvió para gritar:
-¡Tiene usted suerte! Mañana llegará a su famosa estación. ¿Cómo dice que se llama?
-¡X! -contestó el viajero.
En ese momento el viejecillo se disolvió en la clara mañana. Pero el punto rojo de la linterna siguió corriendo y saltando entre los rieles, imprudente, al encuentro del tren.
Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento.
FIN
Exposición
CARTAS AL AUTOR
ALUMNA ELIZABETH PEREZ
Estimada señora ANTONIA MICHAELIS, espero que se encuentre de la mejor
Manera posible y mandarle un cordial saludo me he tomado la confianza de mandarle esta carta con ningún otro fin mas que de darle a mi opinión sobre el libro “El Cuenta cuentos” .
Su libro es uno de los que me pareció muy interesante a mi ver, la historia narración del cuento es conmovedora, a parte de que esta muy bien desarrollada y analizada ya que conforme van pasando los capítulos mas te va intrigando a leer todo el libro.
Leer el libro para mi fue algo agradable ya que me gusto mucho la historia y que es algo diferente a otras que he leído.
Es una historia demasiado buena como usted va entrelazando la trama principal del libro con el cuento que va narrado Abel La trama como que te hace que te mantengas pensando en quien puede ser el asesino.
A mi me a conmovido mucho la manera en que Abel a través de sus cuentos le trata de advertir a micha sobre los peligros que los rodea, que también conforme va leyendo las paginas y capítulos te das cuenta de como van sucediendo los hechos y que esos peligros que se narran son muy reales en cualquier lugar.
Al momento de seguir leyendo el libro, los capítulos y las paginas te das cuenta que nada puede terminar bien, pero es tan emotivo el saber como Abel hace todo lo posible por el bien de su pequeña hermana Micha, quien representa toda la inocencia , y ternura del mundo ya que se ve muy linda y de buen ver.
La manera en que Anna termina enamorándose de Abel es demasiado bonito ya que los dos representan un mundo diferentes.
A mi el final me conmovió demasiado, ya que provoco que salieran lagrimas, es un final que se notaba desde terminar de leer la mitad del libro desde el primer capitulo ya te vas dando la idea de que así terminaría, de igual manera tuvo un impacto en mi persona por la misma emoción.
Abel en sus cuentos le decía a micha las personas que le ayudarían a ella si a el le pasaba algo, entre ellas estuvo Anna.
Micha Tannatek, cambio a Micha Leeman.
Estimada michaelis no le quito mas de su tiempo de su libro con pocas palabra se puede describir porque es algo que te deja sin palabras, me quedo con la gran satisfacción de leer su libro espero poder tener una oportunidad algunas mas de sus libros, historias y cuentos. Muchas Gracias por la atención.
Alumna Salma Rodriguez
Antonia
michaelis.
Quería
señora Michaelis, esperando que se encuentre de la mejor manera posible y mandándole mis mas sinceros
saludos me he tomado la confianza de mandarle esta carta con ningún otro fin mas
que darle a conocer mi opinión sobre su maravilloso y estupendo libro “el cuentacuentos”.
Su libro es muy interesante a
mi parecer, la historia es demasiado conmovedora, además de que esta muy bien
desarrollada ya que con forme van pasando las paginas mas te va intrigando a
terminar de leer el libro.Leer este libro para mi fue
muy agradable ya que es una historia diferente a las demás.Es una historia demasiado
buena ya que es genial como usted va entrelazando la trama principal del libro
con el cuento que va narrando Abel. La trama te mantiene pensando en quien
puede ser el asesinó.Me a conmovido demasiado la
manera en que Abel a través de sus cuentos le trata de advertir a micha sobre
los peligros que los rodea, que con forme vas leyendo las paginas te das cuenta
de que esos peligros son muy reales. Con forme vas leyendo el libro
te das cuenta de que la historia para nada puede terminar bien, pero es tan
emotivo el darte cuenta como Abel hace todo lo posible por el bienestar de su
pequeña hermana Micha, quien representa toda la inocencia y ternura del mundo.La manera en que Anna termina
enamorándose de Abel es demasiado bonito ya que ellos son de dos mundos
completamente diferentes.El final me conmovió
demasiado, ya que hiso que salieran lagrimas, es un final que ya se veía venir
desde que terminas de leer la mitad del libro, desde el primer capitulo ya
sabias que algo así terminaría pasando, pero de igual forma tuvo un gran
impacto en mi persona.Abel en sus cuentos le decía a
micha en las personas que la ayudarían si a el le pasaba algo, ente ellas
estaba Anna.Micha Tannatek, cambio a Micha
Leeman.Estimada señora Michaelis, no
le ocupo más tiempo. Me quedo con la gran satisfacción que me dio el leer su
libro espero poder tener la oportunidad de leer algunas otras de sus obras.Muchas gracias por su
privilegiada atención. Reciba mis más sinceras felicitaciones. Atentamente: Salma Rodriguez
Alumna Andrea Hernandez
Que tal señora Antonia Michaelis,
Soy una lectora que sinceramente tiene poca
experiencia en esto de la lectura, pero le quiero dar mi punto de vista sobre
su libro ¨El cuentacuento¨ un libro que tiene mucho que contar, creo es la
primera vez que un libro me atrapa en su trama, El cuentacuentos es una historia que me dejo,
innumerables de sensaciones a medida que me sumerge en las páginas del libro y
va descubriendo el mundo propuesto por usted. Un mundo que mezcla la
fantasía con la realidad para revelar una trama que
envuelve y atrapa de principio a fin.
Anna es una joven de 18 años que
asiste a la preparatoria y se encuentra en su último año. Su
plan futuro es viajar a Inglaterra para
estudiar en alguna universidad y de esa manera conocer
otros lugares fuera de Alemania. Ella vive junto a sus padres en una
buena zona de la ciudad, asiste a clases de flauta Traversa y disfruta de las
reuniones con sus amigos. No tiene nada en común con Abel, mas que
el hecho de compartir solo algunas clases. Él se muestra reservado, solitario y
muestra un lado peligroso que mantiene a los demás alejados. Por si fuera poco,
él es conocido por ser vendedor de drogas y andar por los barios
bajos. Para Anna Abel es un joven de temer y a pesar de mantenerse
apartada, un día terminara hablando con él y descubriendo que además
de transitar en negocios ilícitos, es el único responsable de su hermana
pequeña Micha.
Solo con su hermana pequeña de seis
años, es cuando Abel baja la guardia para convertirse en un narrador de
historias maravillosas que parecen muy reales con cada nueva
aventura. Anna queda atrapada de los relatos, cuando se propone
seguir a ese par peculiar en una de sus salidas ocasionales, al tiempo que
intenta pasar desapercibida. No logra asociar a ese oscuro y
peligroso chico, con aquel que hace reír a una pequeña y esta atento a cada
necesidad. Sin embargo, el tener solo 17 años, ningún trabajo y sus
estudios inconclusos, no convierten a Abel en la mejor opción para ser el tutor
de la pequeña.
A pesar de la indiferencia de Abel
hacia Anna y de no dejar a nadie adentrarse en su vida y en la de su hermana,
la joven no se dejara amedrentar e intentara ayudarlo. Junto a ellos, Anna
puede ver otra perspectiva de la vida y cuan dura es esta y las cicatrices que
deja en las personas.
En esta historia usted, juega muchas
cartas que me sorprendieron de maneras muy diferentes. No solo pone en el ojo
de la tormenta la vida dura de Abel y Micha, sino que incluye
elementos que van desde el Thriller Psicológico, pasando por drama,
romance, la realidad y la fantasía.
Debo decir que es un completo acierto
que la sinopsis no diga mucho de la historia ya que sumergirse en cada página y
ver como va tomando forma el argumento de la historia, otorga una
gran cuota de misterio a todo el libro. Iniciamos con una escena llamativa e
impactante donde se ha cometido un asesinato. Todo es muy ambiguo pero ya
prepara al lector para dejarlo con ansias de una explicación.
Es el primer libro que leo de usted y
quede maravillada con su forma de narrar tan poética, cuidada y
sumamente cautivante. Todo lo que muestra mediante la protagonista y el proceso
en que va hilando cada acontecimiento provoca que nunca se tenga la certeza de
varias situaciones peligrosas dentro del libro. Hay una fluidez permanente a
pesar de que es muy descriptiva al ofrecer historias paralelas
que están entrelazadas. Tanto la fantasía y la
realizad se unen para mostrar a diferentes personajes con lados tan opuestos
como por ejemplo Abel.
Abel, es un personaje con infinidad de
matices que me suscito emociones encontradas y hasta contradictorias. Sin
embargo, alabo a la autora por lograr que me provocara esas sensaciones ya que
es grato no tener siempre las mismas certezas y comprobar que a veces la
oscuridad y la luz conviven en un mismo envase. Él hace lo mejor por Micha y es
todo un gran hermano mayor al cuidarla y protegerla de todo mal. Como el
cuentacuentos logra hacerte viajar a otro mundo, crear aventuras
peligrosas, destinos llenos de esperanzas y hasta situaciones
melancólicas. Es muy cuidadoso con Micha e intenta mantenerla lejos de la
realidad que afrontan. Pero los secretos que oculta Abel, convierten al
personaje en algo muy alejado al príncipe del cuento.
Micha aporta toda la dulzura,
ingenuidad y momentos frescos a la trama. Es una niña muy inteligente que se
hace querer de mil maneras.
La
historia explora muchas clases de amor. No puede estar ausente el amor juvenil,
el cual atraviesa por diferentes niveles y por
momentos se torna algo irracional que fascina, lastima y sin duda dejara una
huella imborrable en los protagonistas. También desarrolla el amor profundo y
puro entre hermanos, donde muchas veces se deja de ser uno mismo con tal de
proteger a alguien indefenso. No falta el cariño y unión en la familia, como
así el amor dañino e egoísta cuando no conseguimos lo que deseamos.
Bueno sin mas que decir me despido y le agradesco de antemano por leer mi carta, me despido y espero que haga mas libros como este, es una gran escritora.
ALUMNA NIDIA GUTIERREZ
Estimada Antonia
Atreves de este medio me
permito agradecerte y felicitarla por escribir un libro tan realista que se
basa en los temas más tabús dentro de la sociedad esos tipos de problemas que la gente
aun tiembla solo de escuchar y no lo ven
posible dentro del mundo
Al principio de la lectura no
sabía que pensar ya que a Abel lo tachan de un narco y un hombre muy peligroso
sin corazón, un tipo de hombre que no se puede enamorar de nadie ya que el solo
busca un acoston rápido y sin
sentimientos de por medio, poco a poco
te das cuenta que ese es solo un error de los alumnos de la escuela ya que el
solo vende drogas por que ocupa dinero para poder mantener a su hermana sana
,el trata de protegerla de todo sin importar las consecuencias creo que el es
un personaje con la que me sentí muy conectada ya que todos tenemos un poco de
Abel en nuestro corazón más si se trata de defender a nuestros seres queridos
Abel interpreta a un personaje
que sueña con ser un escritor en el futuro y personalmente creo que si él hubiera vivido dentro de la
historia sería muy famoso su manera de narrar y expresar todos esos
sentimientos aterradores atreves de solo palabras hacía que mi corazón se
sintiera ansioso y triste a la vez me hizo imaginar muchos escenarios atreves
de solo palabras y expresiones faciales
Anna interpreto una parte muy
importante ya que gracias a ella podemos tirar abajo todas esas mentiras y
crear nuevas expectativas ella es una persona muy inteligente y llena de sueños
e ilusiones al inicio de la historia hubo momentos donde creí que ella era la
loca dentro del cuento ya que a pesar de todas las advertencias de sus amigos
ella siguió queriendo saber más y mas de él y poco a poco se fue enamorando
hubo un momento donde sentí que mi corazón latía muy rápido el cual es donde
Abel y Anna se dan su primer beso sin importar lo que los rodeaba en ese
momento solo fueron dos adolescentes tratando de encontrar su propia identidad
y camino dentro de la sociedad olvidando todos los problemas que enfrentaban,
personalmente ame todas las veces que se besaban ya que sentía que era un
momento donde sus almas eran una misma y hacían que mi corazón se sintiera
cálido y con esperanza
Micha la media hermana de Abel
era un personaje tan alegre y a la vez consiente del mundo gracias a las
historias que su hermano le conto a lo largo del libro me gustaba su inocencia
esa que nadie debería perder pero al fin de todo ella la termino perdiendo por
un final tan triste y siniestro
Este libro puedo decir que me
encanto a pesar de ser una lectura de la escuela todos sabemos que la mayoría
de los libros de la preparatoria no son tan interesantes pero este silo era me
hizo pensar en todas las cosas que una persona hace para evitar perder a un ser
querido luchamos con garras si es necesario me encanto la manera en que usted
narraba ya que me hacía sentir como si yo fuera el personaje principal
Muchas gracias por su atención y su tiempo
ALUMNA MAGALY JIMENEZ
Estimada señora Antonia
Michaelis, espero que este un agradable día, le escribo con la finalidad de
darle a saber mi opinión acerca de su libro “El cuentacuentos”. He de decirle que este libro
fue de mi total agrado debido a que fue las historias juveniles que a mi me
gustan leer, creo que fue Abel mi mayor razón de quedar totalmente atrapada
entre las líneas de este maravilloso libro, el hecho de su actitud tan seria, que daba a entender que guardaba mas
de un secreto en su forma de ser, junto con su instinto de protección hacia
micha, aparte de la descripción que daban de el lo cual lo hacia parecer aun mas
atractivo. Puedo decir que también fue la
actitud tan contrastante de Anna con el resto de personajes, desde Abel hasta
el resto de sus amigos, los cuales querían parecer saber todo acerca del mundo,
de como es, aunque todos sabiamos que no era asi. El final del libro es algo que
me dejo consternada en su totalidad, no creía que fuera así, mejor dicho no
quería, quería a Abel junto a Anna, y a Abel con la custodia de Micha, incluso
si Abel hubiera ido a la cárcel, o Anna y Abel separados, creo que eso me
hubiera hecho sentir mas tranquila, pero no, fue totalmente distinto, fue como
si las palabras de Abel hacer de que la historia no tenia un final feliz
hubiesen sido dichas pero para mi, no solo para Anna. Este libro me dejo saber que
la frase “Sabes que leíste un buen libro cuando al terminar de leerlo, sientes
un vacío igual que al de haber perdido un gran amor” y fue exactamente asi lo
que sentí, en serio no quería creer que había acabado el libro, quería pensar
que habían mas paginas en este libro y que esto solo había un mal sueño de
alguno de los personajes, que la primavera realmente llegaría, y que no era
real ese triste funeral, ese triste suicidio de aquel joven de 17 años que todo
lo que quería era el bien de su pequeña reina, micha. Me despido no sin antes
decirle que fue un gran placer haber leído cada una de las paginas que tenia
este libro, de haber sentido el deseo de estar en esas cafeterías bebiendo
chocolate caliente con 5 pajillas, o de salir a las calles nevadas a comer un
poco de helado, en serio que fue un gran placer.
Atentamente: Summershort
ALUMNA FERNANDA LOPEZ
Guadalajara Jalisco, México.Antonia Michaelis presente. Con un afectuoso saludo, le comento que:
tuve el gusto de leer su libro y esto fue lo que me pareció.Anna es una chica inteligente,
es una buena hija y buena estudiante y “vive en su burbuja”. A pesar de su
amigos (típicos chicos de 18 años) ella vive en su propio mundo feliz.El libro es increíble,
totalmente realista y conmovedor, sigo llorando al ver tan bien reflejada la
maldad del hombre, su amor, su odio. Lloro por ver lo depravados y sucios que
somos.Puede que por la sinopsis no
parezca un libro tan “filosófico” pero
lo es, los protagonistas se comienzan a conocer a sí mismos, al mundo real.
Quieren ser libres, recorrer desiertos, cruzar océanos ir al fin del mundo.
Ellos saben que de alguna manera lo son. Saben que no son los ignorantes
adolescentes de 17 años como los demás. Son libres de la burbuja que aprisiona
a los demás en la ignorancia.Anna se pregunta por qué
algunos son ricos y otros pobres, porque algunos tienen tan poco y otros tanto,
comenzó a preguntarse por que vivimos, empieza a ver la vida.El libro es muy maduro y habla
de temas fuertes, pero sin perder la inocencia que todos llevamos dentro,
incluso los protagonistas.Habla sobre crecer y el
tiempo, no olvidamos, no perdonamos, pero las cosas no cambian solo porque no
lo hagamos, no sirve tener miedo.Se muestra la injusticia en su
más grande nivel, sufro por la vida que llevo Abel, vida que él sabe no va a
tener un final feliz, sabe que al final va a ser tan frio como el invierno pero
no le importa, solo quiere que su hermana si lo tenga.Me encanto la buena dosis de
misterio necesaria para el género dramático (y para tenernos en suspenso por
saber quién es el asesino, aquel frente a nosotros), y una cantidad de romance
que nos conquistara el corazón a muchas y muchos.También muestra lo que pocos
queremos aceptar, que en nuestro mundo hay gente buena, con vidas malas que
terminan de forma horrible, que la inocencia es capaz de corromperse y del
increíble amor que puedes ofrecer a una
persona al punto de sacrificarte a ti mismo con tal de ver feliz a la persona amada.Yo me identifique mucho con
los sentimientos de Abel a su hermana, y yo no estoy en su misma situación,
pero creo que sería capaz de lo que fuera con tal de proteger a mi hermana.Puede que su libro se haga un
poquito largo en algunas partes, pero vale la pena totalmente, al final no me
arrepentí en lo absoluto.Me despido, no sin antes
agradecerle, y darme el gusto le leer su libro.
ALUMNA GABRIELA TAPIA
Guadalajara Jalisco, Jueves 27
de Abril del 2017
Buen día Señora Michaelis,
bueno primero que nada espero se encuentre bien, me gustaría compartirle algo
referente a su libro.
Esta carta va dirigida para
usted señora Michaelis, pues con todo mi cariño, el respeto y la admiración
para usted que me brinda el gusto de dar a conocer este gran libro, ya que me
gusto mucho pues es el drama, el romance y el misterio fue lo que me más llamo
mucho la atención.
La trama esta muy bien
planteada , ya que la autora juega con las pistas en los asesinatos
sumergiéndote en la lectura, haciendo que te preguntes si Abel es o no el
asesino y cuando crees saber la respuesta, toda da un giro que te deja
sorprendido.
La historia cuenta la vivencia
de las vidas de Anna y Abel con tan solo ambos 17 años de edad, ambos viven en
Alemania y ambos están en su ultimo año de secundaria, no podían ser más
diferentes.
La historia de Abel es muy
triste y su manera de mantener a su hermana a salvo, relatandole un cuento que
pueda comprender, tomando como referencia el mundo real enternecedor, luego de
que su madre desaparece de manera inesperada.
Abel es un traficante de
drogas de la escuela, vive en un gran edificio similar a la torre de una cárcel
en las de concretos afuera de la ciudad. Abel intenta ganarse la vida, tiene
secretos y hace lo que puede para que estos no sean revelados a personas que
podrían utilizarlos en su contra.
Abel mantiene a su hermanita
tanto económicamente como psicológica mente, es decir, tratar de mantener viva
la inocencia de una niña de seis años. Abel corre el peligro de perder a Micha
en manos de su padre abusivo y por su propia incapacidad de lograr ingresos a
fin de mes.
La vida de Abel se centra en
los mundos bajos donde hay venta de droga, excesos con la bebida, peleas,
abusos sexuales, suicidios, homicidios etc. (Y esos temas son tratados
prácticamente sin censura por parte de la autora. osea usted).
Anna vive en una bonita vieja
casa adentro de la ciudad y proviene de una familia acomodada, es una
estudiante de 17 años aplicada e inocente la encargada de desenterrar todos los
secretos que envuelven al chico.
Cuando Anna se adentra en este
mundo piensa que Abel la protegerá; no obstante, aunque Abel no es la peor
escoria que puede haber, tampoco es el príncipe valiente que protegerá a Anna
del mal, sobre todo cuando ya la ha advertido varias veces sobre los peligros
de su mundo; pero Anna no parece darle la importancia necesaria.
Apesar de las advertencias de
sus amigos, Anna empieza hacer amistad con Abel y queda intrigada cuando se
entera que Abel esta cuidando a su hermana de seis años de edad por si solo y
que le cuenta historias a su hermana.
Anna lo sigue y escuchando como
Abel le cuenta a la pequeña Micha la historia de una pequeña reina atacada por
fuerzas oscuras. Es un hermoso cuento de hadas que, Anna descubre, esta basado
en la realidad.
Pero lo que Anna no sabe, o al
menos, no hasta más adelante, es que las historias que él cuenta no es más que
una manera de relatar la vida que los
rodea, la vida real. Anna poco a poco se enamora de Abel pero cuando sus
"enemigos" empiezan a aparecer muertos, teme que se haya enamorado de
un asesino.
Otra de las razones por las
cuales no podría gustarme el libro es porque Anna es muy inocente y es una
necia. Incluso hubo muchas ocaciones en las que él quiso matar a Anna por
llevar a cabo acciones cuyas consecuencias eran obvias; además, esta chica se
la pasaba llorando o enojándose por cualquier decisión que toma y lo que
descubre sobre Abel...
"¿Es que no hay nada que
sólo sea hermoso sin que esconda peligro?"
Pues esperando que esto sea de
su agrado, y sin nada más que decir me despido de usted.
ALUMNO CRISTHIAN FRANCO
Anna es una muchacha inteligente. Es una buena
hija y buena estudiante, y "vive en su burbuja". A pesar de sus
amigos (típicos chicos de 18 años) ella vive en su propio mundo feliz,
donde nada pasa y todo el bueno y feliz. Un día se encuentra una
muñeca en la sala de estar en su colegio y descubre que le pertenece a la
hermana de Abel, el "traficante polaco" de su escuela.
Abel tiene alma de escritor, de poeta. Sueña
con terminar la secundaria para poder escribir sus propias historias, sobre el
mundo, sobre la nieve, el sol, las flores.
El cuento es otra manera de relatar la vida
real.
El libro es increíble. Totalmente
realista y conmovedor. Sigo
llorando al ver tan bien reflejadas la maldad del hombre, su amor, su odio.
Lloro por ver lo depravados y sucios que somos.
El libro es muy maduro y habla de temas
fuertes, pero sin perder la inocencia que todos llevamos dentro, incluso los
protagonistas.
Puede que el libro se haga un poquito largo en
algunas partes, pero vale la pena totalmente. Al final no se arrepentirán.
Tiene una buena dosis de misterio necesaria
para el genero dramático (y para tenernos en suspenso por saber quien es
el asesino, aquel frente a nosotros), y una cantidad de romance que nos
conquistara el corazón a muchas.
Totalmente
recomendable! Pero creo que se
lo podría clasificar para mayores de 13 años.
Ami este cuento me parece algo como narrativo, ya que tambien se me hace algo irreal porque vienen muchas cosas que no pueden ser real en el mundo un ejemplo, como dice en la parte del cuento que se subian al tren sin importar que pudieran morir.
ResponderEliminarPor otro lado me parece importante tocar el tema de lo fantastico que es este relato. La forma de ver como un texto que se podria inscribir como un contexto realista, poco a poco conforme se va leyendo el cuento se va perdiendo lo realista y entra en algo incierto, que nos pone a dudar o a tratar de imaginarnos los hechos aunque sea algo que no fuera real.
Me gusto mucho el cuento porque no hacen ver las cosas reales e irreales e imaginar los hechos narrativos.
Tienes mucha razón el cuento se destaca su magia ya que ella hace que haiga cierto misterio en la historia
EliminarEl cuento se me hace muy irreal ya que tiene cosas que no son reales pues usaban muñecos de aserrín que simulan ser personas en ciudades inexistentes.
ResponderEliminarLos pasajeros eran engañados.
Pasajeros que sirven de puente para que pasara el tren.
¿Por qué creen que al final el forastero dice que va a X. Cuando su destino original era T?
En la parte final donde dice del punto rojo de la linterna, ¿Creen que tenga algún significado?
¿Que es "T"?
ResponderEliminar¿Cual es su objetivo en llegar a "T" ?
¿Todo lo que le decían era cierto?
¿Porqué ilusionaban al forastero?
"T"es una ciudad el contenido de ella cada persona lo imagina de mil maneras
EliminarEn este cuento, el escritor Juan José Arreola nos presenta la historia de un forastero que llega a una estación de ferrocarril para abordar un tren con destino a la ciudad de "T". Al llegar a la estación un guardagujas aparece en su camino, a quien el forastero pregunta si ya paso su tren. Con ironía y sarcasmo el guardagujas responde al forastero, quien queda confundido ante las respuestas que a su albedrío le parecen absurdas. Al final un tren se aproxima y el forastero va decidido a abordarlo, aunque al parecer ha perdido el rumbo, pues le dice al guardagujas que se dirige a la ciudad de "X"
ResponderEliminar¿Por qué creen que las ciudades se denominan solo con letras?
¿Cuales son las diferencias entre el lenguaje del forastero y el del guardagujas?
¿Creen que la linterna roja tenga algún significado simbólico?
Creen que la novela puede tener un tinte político? Por que?
Parece que abordar el tren es casi imposible, sin embargo, una vez dentro, el destino de una persona puede cambiar. Que es lo que representa el tren?
¿Por qué creen que al final el forastero dice que va a X. Cuando su destino original era T?
Por miedo puede que su destino cambio o por simple emoción al ver pasar un tren
EliminarEn este cuento, el escritor Juan José Arreola nos presenta la historia de un forastero que llega a una estación de ferrocarril para abordar un tren con destino a la ciudad de "T". Al llegar a la estación un guardagujas aparece en su camino, a quien el forastero pregunta si ya paso su tren. Con ironía y sarcasmo el guardagujas responde al forastero, quien queda confundido ante las respuestas que a su albedrío le parecen absurdas. Al final un tren se aproxima y el forastero va decidido a abordarlo, aunque al parecer ha perdido el rumbo, pues le dice al guardagujas que se dirige a la ciudad de "X"
ResponderEliminar¿Por qué creen que las ciudades se denominan solo con letras?
¿Cuales son las diferencias entre el lenguaje del forastero y el del guardagujas?
¿Creen que la linterna roja tenga algún significado simbólico?
Creen que la novela puede tener un tinte político? Por que?
Parece que abordar el tren es casi imposible, sin embargo, una vez dentro, el destino de una persona puede cambiar. Que es lo que representa el tren?
¿Por qué creen que al final el forastero dice que va a X. Cuando su destino original era T?
Opino que su destino no cambió completamente el viejecillo puede que pudiera convencerlo y confundirlo por su plática
Eliminartienes que ponerle demasiada atención al cuento. Arreola la manera que yo creo que describe al viejecillo es como algo acabado y poco interesado pero de gran ayuda para el forastero ya que le explica todo sobre el país,las ciudades, incluso lo maleducados que son los pasajeros. En el cuento siento que hay varios desafíos uno de ellos y creo el mas importante es intentar abordar el tren.
ResponderEliminar¿como se diferencian las intervenciones de uno a otro protagonista?
¿que nos esta diciendo Arreola en este cuento?
Este cuento es un poco confuso y mas para la personas que son como yo, que casi no les gusta leer, no comprendí el cuento me confunde. ¿Porque el forastero quería llegar a la ciudad t?
ResponderEliminarEn este ciento tienes que imaginar mas que pensar
EliminarCada persona imagina lo que ella quiere y necesite en su vida
Creo que el forastero queria ir a T porque el creia que era lo mas correcto para el, pero la vida le enseño que tenia un gran cambio de planes para el.
ResponderEliminarCreo que en este cuento se necesita tener la imaginacion mucho muy abierta para lograr entenderlo y darle mas significado que si fuera un simple cuento. ¿alguna persona se sintio identificada en alguna etapa de su vida con alguna parte del cuento?
Creo que todos nos sentimos un poco identificados ya queduramte la adolescencia estamos en una busques constante de identidad
EliminarEstuve casado con mi esposo durante 5 años, vivimos felices juntos durante estos años y no fue hasta que mi esposo viajó a Australia para un viaje de negocios donde conoció a esta chica y desde entonces me odia a mí y a los niños y al amor Ella sola Así que cuando mi Cuando el marido regresó del viaje, dijo que no quería volver a vernos a mí y a mis hijos, así que nos llevó fuera de la casa y ahora se iba a Australia a ver a esa otra mujer. Así que mis hijos y yo estábamos tan frustrados y me estaba quedando con mi madre y no estaba tratando bien porque mi madre se casó con otro hombre después de la muerte de mi padre, así que el hombre con el que me casé no y mis hijos estaban tan confundidos y yo estaba buscando por una manera de traer a mi esposo de vuelta a casa porque lo amo y lo aprecio mucho, así que un día mientras estaba navegando en mi computadora vi un testimonio sobre este DR EDDY los testimonios de hechizos compartidos en Internet por una dama LINDA y Estoy tan impresionado que también pienso en intentarlo. Al principio tenía miedo, pero cuando pienso en lo que yo y mis hijos estamos pasando, me puse en contacto con él y él me dijo que mantuviera la calma por solo 24 horas para que mi esposo volviera y para mi sorpresa, recibí un llame a mi esposo el segundo día preguntando por los niños y llamé a DR EDDY y le agradezco por resolver mis problemas, así que esta es la forma en que recupero a mi familia después de un largo estrés por una dama malvada, con toda esta ayuda del Dr. EDDY, quiero que todos ustedes en este foro se unan a mí para dar las gracias a DR EDDY y también daré consejos para cualquier persona con problemas similares o similares, o cualquier tipo de problema, también debe contactarlo para que se comunique con él (dreddyspiritualtemple @ gmail .com) él es la solución a todos los problemas y situaciones difíciles en la vida. De nuevo, su dirección de correo electrónico es (dreddyspiritualtemple@gmail.com)
ResponderEliminarESPECIALIZADO EN EL SIGUIENTE ESPACIO.
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Interesante cuento.A mi manera de ver plantea las diferentes situaciones difíciles que se nos pueden presentar en la vida y las dudas que nos planteamos para resolverlas. Creo que el viejecillo es un personaje creado por la mente del viajero ante la incertidumbre de llegar exitosamente a su destino.
ResponderEliminarCuál considera usted, que podría tomarse como el momento culminante de este cuento ? Dada la secuencia encadenada de las acciones,estoy algo confundida. Aprecio su ayuda al respecto.
ResponderEliminar¿Se muestra algún tipo de ruido dentro del proceso comunicativo?
ResponderEliminar¿Qué tipo de canal emplea el emisor del mensaje?
ResponderEliminar¿Cuál es la retroalimentación del proceso comunicativo anterior?
ResponderEliminar¿Cuál es el contexto en el que se desarrolló el proceso de la comunicación anterior? Argumenta tu respuesta.
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